Panadería A Milagrosa

Temblarían las instituciones eclesiásticas de otros tiempos si viesen el jolgorio que se montó en el centro dirigido por el obispo más aclamado en el día de ayer. Fernando Garea, del colegio Fogar de Carballo, y todo su séquito de profesores elegantemente disfrazados sacaron a la calle a sus más de 800 alumnos, bajo la atronadora sirena de un coche de Protección Civil y la música tradicional que salía de los instrumentos del grupo Falso Escuadrum. Entre unas cosas y otras, aquello parecía una romería. Combinaba la parte eclesiástica (la cruz que llevaba Fernando Garea era de «pan da Milagrosa, como non podía ser doutro xeito») y también la más puramente lúdica. Por las calles que rodeaban el centro educativo fueron desfilando peregrinos a los que el viento les levantaba el sombrero, princesas y guerreros, damas y caballeros, brujas... Más que un peregrinaje (había tres paradas: O Cebreiro, Portomarín y Compostela), por momentos, la comitiva del Fogar se asemejaba a la de una invasión. (La Voz de Galicia).